Si alguien describe tu juego como “débil”, puedes decir que estás en algunos problemas. En realidad es justo en los jugadores débiles, en los que deberías concentrarte cuando estás jugando. Antes que golpearte contra los duros y agresivos, deberías arriesgar menos, ganarás más a largo plazo contra los débiles y pasivos.
Para poder atacar a los rivales débiles, lo primero que tienes que hacer es identificarlos. Por lo general suele haber pistas que puedes mirar, que aunque no son totalmente precisas, son mejores que no analizar nada.
1-¿Suben antes del flop, o entran pagando el mínimo? Si prefieren entrar con el mínimo de forma regular, puede tratarse de un jugador débil.
2-¿Prefieren apostar, o pasar y ver? Los jugadores agresivos prefieren apostar, mientras que los débiles prefieren pasar, o ver las apuestas ajenas.
Una vez que hayas identificado a los rivales débiles, es el momento de establecer una estrategia en su contra. Un rival débil es, sin duda alguna, el rival más fácil de enfrentar. En realidad, a veces sus cartas ni siquiera importan ya que suelen ser muy previsibles.
La clave es atacarlos repetidamente hasta que “espabilen”. Si continúan dando, tú debes continuar tomando…